Soñando Despiertos

    El cambio es algo que a algunos aterra. A otros, por el contrario les emociona; pero a TODOS nos sucede. Como seres humanos nos conduce a realizar cuestionamientos sobre lo que sucederá, pues nos enfrentamos la incertidumbre que produce el futuro.

     Sería arrogante pensar que somos los únicos responsables de nuestro destino, pues lo que somos y en lo que nos convertiremos, es consecuencia de una innumerable serie de factores que nos invitan o nos limitan en el horizonte de lo que se nos presenta.

     En mi particular modo de entender lo que sucede en el país, no es suficiente estar atentos a lo que está sucediendo,  sino debemos también poner atención a lo que se avecina. Creo que no podemos continuar únicamente elogiando los logros alcanzados como sociedad civil en los últimos meses, ni diagnosticando nuestros problemas como país. Necesitamos empezar a imaginar, a perder el miedo y a darnos cuenta que no hay nada en este mundo que no podamos lograr.

     No pretendo escribir un manifiesto, un modelo de vida, ni una forma de interpretar la realidad, sino que pretendo escribir una invitación. Un llamado abierto a todos y cada uno de quienes se atreven a enfrentar el miedo al cambio y lo convierten en oportunidad.

     Si partimos de la idea que los verdaderos líderes no tienen seguidores sino amigos y que los verdaderos visionarios no necesitan cerrar los ojos para soñar, es fácil entender que no tenemos que esperar años para vivir en una nueva Guatemala, sino atrevernos a vivir en ella.

     Nuestra nación ofrece infinitas oportunidades de empleo, bienestar y educación para quienes deciden aprovecharlas. Estoy consciente que aún hay muchos sectores a lo largo de nuestra república, que creen que estos espacios no existen, pero se equivocan en el diagnostico, pues no es que sean inexistentes, sino que solamente no se han desarrollado por completo.

     Queda claro que nuestra misión como la nueva generación de ciudadanos, no es crear oportunidades en sí mismas, sino promover condiciones en las que las oportunidades existentes se desarrollen y sean alcanzables a todos y cada uno de los guatemaltecos.

      El primer paso es convencernos de nuestra capacidad y contagiarla a través de un nuevo discurso de país, una narrativa emergente que nos invite a adueñarnos de la realidad. Si lo logramos, habremos superado el miedo al cambio, pues la incertidumbre se convertirá en posibilidad ante nosotros y no necesitaremos esperar a que pase el tiempo para vivir en el futuro.

     El mensaje es claro y el llamado es evidente, pero lo que se hace necesario es empezar a actuar de forma coherente con los valores de la nueva Guatemala y soñar despiertos.

Invitado: Allan Ortíz

Director General GuateActiva

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