En esta semana se estrena la película posiblemente más esperada de todos los tiempos: “Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza”. Ante dicha situación, la comunidad fanática de la saga ha estado al tanto y anhelando el disfrute de un episodio más en la serie que lleva más de treinta años existiendo. Ahora bien, el presente escrito busca reflexionar sobre el excesivo fanatismo que rodea dicha presentación y recalca que algunos seguidores están perdidos en otra galaxia.
Hace unos días me encontraba de paseo caminando por la acera y resulte parado frente a una sala de cines que presentaría el preestreno de la película un día antes de la fecha estipulada. Lo curioso es que a la par de dicha sala se encontraban aproximadamente quince casas de acampar con generadores de energía eléctrica portátiles. Al percatarme de ello, decidí investigar y me acerqué a un grupo de gente curiosamente disfrazada de personajes que se presentan en Star Wars y me comentaron que llevan más de ocho días haciendo cola para poder comprar boletos y poder ingresar al preestreno de lo que pareciese ser el bien más codiciado de su vida. La respuesta me impactó, y más aún cuando me respondió muy orgullosamente que tomó todos los días de vacaciones que el trabajo le otorgaba para poder hacer la cola; cabe mencionar, que se turnaban para caminar hacia un hotel o restaurante y poder hacer uso del baño. Al retomar mi caminata, pensé que dicha situación era crítica y debía considerarse con más detalle.
El fanatismo extremista de estas personas confunde su realidad con la ficticia y puede generarles problemas graves en su actuar diario. No estoy en desacuerdo con el disfrute de dichas historias que envuelven y trasladan a los televidentes a otra dimensión durante los minutos que duran, pero considero que el extremo fanatismo y consumismo detrás de dichas industrias debe deliberarse y no guiarse por la pasión. Ahora bien, el fanatismo no se queda en ésta serie de películas, sino que se extiende a una amplia gama de otras situaciones como los videojuegos y cuestiones similares que han destruido y siguen destruyendo millones de vidas alrededor del mundo. Finalizando, el disfrute de las actividades ociosas del siglo XXI es increíble, pero recordemos siempre no quedar perdidos en otra galaxia.
Luis Ramírez.
Imagen extraída de: http://www.lafilacero.com/fotos/edc_2963_12_198.jpg