Hoy por la noche leí un artículo de Méndez Vides titulado, “Guardias de presidio”. Debo decir que es habitual que mis pensamientos giren en torno a la situación de Guatemala, pero ésta nota me dejo sin aliento, aguanté la respiración y comencé a reflexionar…
El nuevo año para Guatemala ha comenzado dramáticamente; cada vez que pasan los años siento que el país se nos desmorona en las manos. – En Guatemala hay presos de todas categorías, desde rateros comunes, criminales, empresarios y hasta el expresidente de la nación– . No puedo estar tranquilo, sabiendo que en el artículo de Méndez se menciona que hay 80 guardias por cada 3 mil reclusos.
¿Jimmy Morales subiendo fotos de lo que está comiendo? Pareciera que aún se encontrara en una campaña electoral.
¿Qué clase de sistema es este? Un sistema que está condenando a los trabajadores uniformados a disposición de los privados de libertad. Un sistema que está olvidándose de su gente, dejándola a merced de la anarquía del más violento con el que se puedan encontrar. No es posible que el Estado tenga ausencias tan grandes dentro de los sistemas de presidios, hospitales y sobre todo ante la preocupación de una Guatemala que no genera buenas condiciones para todas aquellas generaciones venideras.
En el semáforo que esta bajo del puente San Cristóbal se escucharon disparos y el grito de una mujer. Creo que no fui el único en ese momento que se sintió vulnerable ante cualquiera de los miles de criminales que se encuentran circulando por las calles de la ciudad.
Al leer los comentarios en las redes sociales sobre cualquier acción de algún funcionario corrupto, el pueblo se desata en llanto de agresividad y violencia discriminada, como por ejemplo, el desprestigio del puesto de conserjes en el congreso utilizando frases despectivas como “ahora quiero ser conserje”. No creo que el cambio político que tanto necesitamos esté cerca, si ni siquiera podemos manifestarnos sin agredir la posición del otro. La sociedad guatemalteca debe entender que la violencia nos está destruyendo rápidamente. Debemos utilizar las ideas para poder manifestarnos y unirnos como una sociedad civil que exija una extinción de todo aquel individuo que no respete el presupuesto de la nación.
Todos estos pensamientos nos invitan a los guatemaltecos a meditar, ya que tienen gran complejidad, debemos tener en cuenta el ejercicio diario de analizar objetiva y políticamente los enormes problemas que tiene el país. Debemos entender que nadie lo va a hacer si no somos nosotros, que ni la CICIG y ninguna institución lo hará sin que los ciudadanos comprendamos las necesidades que cada uno de nosotros tiene, me refiero al luchar por vivir más tranquilos y sobretodo la responsabilidad social que conlleva cambiar el país para que los futuros hijos de la eterna primavera tengan un panorama prometedor.
Y por eso a cualquiera que tenga el privilegio de estar leyendo esto ya sea que se encuentre en la oficina, en el trabajo, camino a casa, en la universidad, en el colegio, en la computadora etc. debe sentirse dichoso de la situación en que se encuentra, y entender por qué puede hacerlo. Dichoso de estar en una situación muy distinta a la que yacen aquellos trabajadores excluidos y olvidados por nuestra sociedad, como los guardias de presidios que describe Méndez. Los guatemaltecos debemos reflexionar que aunque muy afortunados nos encontramos las enormes brechas de desigualdad nos afectan a todos y que eso quiere decir que estamos a merced de cualquier hecho de injusticia en la metrópoli gris.
Invitado: Adolfo Quintanilla.