El Diálogo Nacional, hacia la reforma de la justicia en Guatemala será un espacio para proponer y debatir acerca de los cambios en el sistema constitucional de administración de la justicia en nuestro país. Estamos frente a un cambio impostergable del cual depende la existencia de independencia e imparcialidad judicial, dos elementos vitales para que se consolide un verdadero Estado de Derecho, ese marco de reglas claras en el que los individuos pueden buscar sus propios fines sin que se menoscaben sus derechos.
Guatemala ocupa el puesto 85 en el Rule of Law Index, dentro de los factores que toman en cuenta para la elaboración de este índice los de más baja nota son la ausencia de corrupción, la justicia civil y la justicia penal. Los últimos dos de estos factores encuentran graves dificultades como la falta de celeridad en los procesos, insuficiencia de personal en los juzgados, etc. pero ninguno tan nocivo como la mafia detrás de los fallos judiciales, que permite que se trafiquen influencias y se politice la impartición de justicia. Mientras que con el primero es evidente que la falta de independencia e imparcialidad judicial es una de las razones por las cuales se perpetuó el modelo de saqueo del Estado, las deficiencias en el sistema de justicia fueron la base sobre la que se construyó la estructura criminal que roba el dinero de los tributarios a diestra y siniestra.
Un sistema de justicia confiable y eficiente es uno de los principales factores para la atracción de inversión extranjera, ya que su existencia implica la reducción de costos de transacción en la resolución de conflictos judiciales, agiliza las actividades comerciales en un clima de respeto a la ley y las instituciones.
Se debe tener claro que no existe forma de acotar los beneficios de un buen sistema judicial a un sector concreto de la sociedad, con jueces imparciales e independientes simplemente ganamos todos; debemos vigilar que la reforma judicial preserve la unidad nacional, la institucionalidad y proteja los derechos consagrados en nuestra Constitución (sobre todo con las intenciones de integrar la competencia del derecho consuetudinario indígena para asuntos de menor grado SIEMPRE que las partes estén de acuerdo en el sometimiento, para que no se tire por la borda el principio de legalidad y el debido proceso).
Una reforma judicial que asegure la independencia e imparcialidad de los jueces es un paso grande en la construcción de una Guatemala próspera con una justicia palpable que haga que se respete la vida, la libertad y la propiedad. Ojalá algún día la inquietud por elección del alcalde municipal o la designación del gobernador sea menor a la que provoque elección de los nuestros jueces, porque existirá la seguridad de que el imperio de la ley está protegido bajo el manto de un buen sistema judicial.
Danilo Carías
Puedes ingresar a http://www.reformajusticiagt.org/ para participar.