Este día existe para jugar con sus piececitos y verlos reír. Ver sus ojitos brillar al preguntar «¿qué es eso?» al ver por primera vez cualquier cosa. Para mantener despierta la chispa y la llama que nació en nuestros corazones al ver por primera aquello que desearíamos ver para siempre.

Recordar con ilusión todas las cosas que tocaste y sentiste sin miedo alguno, porque ser niño es tener un blindaje divino y atesorado que te permite sentir cualquier cosa, buscar cualquier cosa, cuestionar lo que sea sin miedo a las respuestas. Ser niño es mantener vivo el revoloteo de estómago y cometer errores que muchas veces terminan en enyesadas o puntos en la cabeza. Ser niño es, de seguro, tener un doctor de confianza para la veces que te tragues cosas que no debiste tragar.

Para recordar, con tan solo una foto, el día que soñaste ser bailarina y «cantarina». Tal vez también el día que soñaste ser constructora de edificios y bombero.

Que este día sea para celebrar la luz que todos ellos guardan en sus corazones. Porque son los niños los que nos dan vida con su extrema curiosidad y sus interminables gracias.

Todos tenemos una llave que nos arranca, un cargador que nos revive y un niño que nos recuerda que los sueños siguen ahí. Celebremos pues, que ellos existen.

Feliz día del niño.

Eugenia Cruz.