El hermetismo nos hace no libres

El hermetismo es una reflexión de tantas que Octavio Paz nos presenta en su libro El Laberinto de la Soledad. Este fenómeno, nos dice el autor, es lo que caracteriza a la actuación diaria de los mexicanos, pero yo considero que puede abarcar a varios en Latinoamérica, sobretodo a Guatemala.

Este fenómeno es el resultado de encerrarse frente al exterior y protegerse con máscaras, fingiendo ser algo más de lo que uno verdaderamente es. Es un impulso por mentir siempre, por no ser honesto con el resto y evitar dejar que alguien entre en mi espacio, en mi esencia. Es, también, el adecuarse a una forma de vida automatizada, rutinaria y aburrida.

El hermetismo no solo es el protegerse con máscaras, también es cuando se presenta una faceta de honestidad absoluta que en lugar de transparentarnos, nos vuelve una imagen, nos hace víctima porque esa “honestidad” siempre es para demostrar lo dura y sufrida que es mi vida. En fin, Paz nos dice: El mexicano [ y el latino en general,] siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo. 

¿No es cierto esto? Siempre estamos encerrados, mintiendo, mostrando máscaras o siendo una víctima frente al resto. ¿Por qué?, ¿Será por nuestra predisposición natural a tener aversión al rechazo? Esas máscaras, ese hermetismo, ¿no limitan nuestra libertad? Es más, si todos somos cerrados y pocos verdaderamente luchan por ser como son y actuar sin prejuicios o presiones sociales, ¿existe la libertad?. Son cuestiones evidentemente duras, pero necesarias para deliberar que deseo en mi vida: ¿Ser parte del hermetismo -no libre- o comenzar a romperlo -ser libre-? Claro, abrirse, vivir en libertad, es algo complicado y nos puede llevar a situaciones dolorosas, pero necesarias; le tenemos miedo como Erich Fromm lo dijo en su libro El miedo a la Libertad.

Si en verdad creemos en la libertad, debemos comenzar a luchar por ella. No obstante, es una lucha interna, de dejar de mentir, ser honesto, no dar excusas, saber sufrir las consecuencias de los actos, dejar de hacerse la víctima, dejar de criticar negativamente a la gente, buscar similitudes y adherirnos a ellas y de descubrirnos mutuamente. Al principio, esa libertad variará en intensidad y será papel de cada quien hacerla más o menos intensa. El buscar romper con el hermetismo tan característico de nuestra cultura, nos llevara a vivir en una sociedad más auténtica y libre. De lo contrario, seguiremos fingiendo vivir la libertad y la libertad no puede ser fingida.

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