Prostitución: una historia silenciada

José Torres

Intentaré desmentir algunos mitos sobre el mundo de la prostitución. Esta columna va dedicada a todas esas valientes mujeres que conocí durante este tiempo y que luchan día a día para llevar comida a sus familias.

Es innegable que existe explotación sexual y trata de personas, existen muchas mujeres que son esclavas de proxenetas que se aprovechan de ellas mediante engaños, pero también existen mujeres que son esclavas de sus decisiones.

Durante los últimos meses, he visto de cerca el mundo de los prostíbulos, a tal punto que incluso hice amigas, personas para salir a comer, a tomar un café y platicar de cualquier cosa de la vida, al final de cuentas son personas tan comunes como tú y yo.

Los relatos son de personas con quienes hemos salido a varios lugares como: centros comerciales, restaurantes de comida rápida, Playland Park, la iglesia y, al cine. No como otros escritores que solo llegan al burdel a  pedir un trago y hacer todas sus preguntas en un par de horas.

Por respeto, las siguientes  historias que estoy a punto de contar, los nombres, tanto artísticos como reales, son ficticios.

Adriana, una hondureña de 23 años, huérfana, que  vivía con su hermano y su abuela. Adriana tenía una relación amorosa  con un gringo, con quien tuvo gemelos, me contó que por cosas de la vida su abuela falleció y a su hermano lo arrestaron en El Salvador y más tarde su pareja se fue del país con sus niños ¿por qué? No lo sé. Pero estos sucesos la dejaron prácticamente sola, sin nada que hacer, sin nadie a quien acudir. Por lo que se introdujo al mundo de la prostitución.

Adriana gana un poco más de Q20, 000 al mes, por lo que me llevo a preguntarle ¿por qué no ahorra y hace otra cosa? A lo que ella me respondió: ¿para qué? Es dinero fácil, no tengo a nadie a quien cuidar, estoy sola, y además no sé hacer otra cosa.  Incluso me dijo que quería operarse para poder competir en los burdeles de gran nivel.

Ana, guatemalteca, 24 años, ella trabaja de bailarina desde hace dos años, antes de ser bailarina trabaja de secretaria en el Progreso, además estaba cursando su ultimo año de magisterio. Pero eso cambió cuando quedó embarazada, el sueldo de secretaria no le alcanzaba para mantener a su mamá y ahora a su hijo.

Ana tiene dos hermanas, quienes desde hace mucho tiempo,  ya estaban involucradas en el mundo de los burdeles, por lo que la convencieron de trabajar de bailarina.  Desde entonces vive en la capital y renta una casa con sus hermanas. Entre las 3 ganan aproximadamente Q25, 000.

Alejandra, petenera de 22 años, estudia los sábados en la z1,  no conozco sus ganancias, pero es de las chicas que no aceptan servicio, únicamente baile, es bailarina desde que tiene 18 años, y nos contó que trabaja de bailarina debido a que gana bien.

María, de 31 años, salvadoreña, en agosto del año pasado tuvo que operar a uno de sus hijos de la vista, debido a que había posibilidad de quedarse ciego, la operación iba a salir en aproximadamente $10, 000. Lo cual se lo pidió prestado al dueño del club, ahora trabaja de bailarina para poder pagar la deuda.

Las ganancias dependen de muchos factores, en la mayoría de burdeles, te pagan Q100 solo por asistir al lugar, Q200 por bailar en el tubo, Q75 por shows especiales como un baile en el tubo principal de 40 minutos, por cada trago que el cliente paga para ella –con valor de Q100– la chica recibe 50. Si les compran una botella y las invitan a un baile privado pueden ganar Q2, 000 y si acceden a un servicio les dan 500, el servicio tiene un valor de Q900. Todo esto por día. Por lo que depende de la chica la mayor parte de las ganancias.

Ellas pueden aceptar o no si se acuestan contigo, y no las regañan por eso. Debido a que las chicas están en la libertad de decidir, de la misma forma que eligen quedarse ahí o irse.Las únicas sanciones que reciben es por llegar tarde o no llegar un día al trabajo, cuya sanción es multa de Q50.

Claro, estoy consciente que no es así en todos los casos, los precios que detalle anteriormente son de los burdeles de alto nivel. No obstante, existen los denominados de  mala muerte, que la cosa no cambia mucho, más que los precios son más bajos. Pero siguen con la libertad de quedarse o irse, la mayoría de historias son similares, madres solteras, empleos malos, por lo que deciden optar por  ganar dinero fácil.

No puedo generalizar con todas las personas que están en ese mundo, estoy consciente que muchas son engañadas y explotadas, pero al menos las personas que conozco, no están en contra de su voluntad.

Un comentario en “Prostitución: una historia silenciada

  1. Sr. Torres, usted dice: «… pero al menos las personas que conozco, no están en contra de su voluntad.»

    ¡Claro! Lo que pasa es que usted NO trató con mujeres obligadas a prostituirse. Ellas son dominadas por sus captores. NO las dejan salir del lugar, y las mantienen en casas vigiladas.

    Estas pobres mujeres NO tienen posibilidades para escapar, si no es por su ingenio, y ayuda externa, muchas veces por clientes.

    Y lo más triste es que muchas veces NO pueden acudir a la policía, porque ellos están en la nómina de sus captores.

    Me gustaría mucho que hiciera un reportaje sobre las verdaderas víctimas de la trata de blancas. Y más, si con su investigación se pudieran rescatar a estas mujeres, y ayudarlas a limpiar su dignidad.

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