Querida yo a los 15 años

Yuliana Ramazzini

Hola… te escribo esto porque me hubiese encantado tener la noción de lo que sucedía justamente a los 15.  Y bueno… los 21 no son lo que esperabas. Claro, son divertidos pero muy diferentes a lo que esperabas. A los 15 te querías comer al mundo, querías probar todos los sentimientos que creías que existían en ese momento. Tratabas de correr por cualquier camino que encontraras enfrente, querías descubrirlo todo, querías recordar el sabor de aquel beso por siempre, pensabas que un juramento con el meñique lo sellaba todo para la eternidad, no había ser humano en esta tierra que te detuviera. Además, esperabas la bondad que creías ver en los ojos de las personas, la anhelabas, pretendías que con una sonrisa todo iba a ponerse bien.  Creías que todo estaba bajo tu control, que nunca nadie se iba a ir de tu lado. Pensabas que tu corazón era inquebrantable, que ibas a amar hasta con los huesos, estabas segura que no ibas a cometer ningún error, estabas lista para llegar a la meta ilesa. Pero eso era todo, esperabas, anhelabas, “todo iba a ser mejor mañana”… estuviste viviendo en el futuro. Querías tener 17, 18 para tatuarte una mariposa shuma en la espalda baja… luego 20… seguiste esperando la bondad y jamás tocó tu puerta, tu sonrisa… sí, el tiempo la fue borrando, algunas promesas se fueron desvaneciendo con las palabras que pronunciaste y que ya no volverán. En los caminos que corriste, encontraste piedras, algunas veces tuviste que regresar. Tu corazón no solo se rompió una vez… tuviste que volverte experta en pegamentos. El amor te dolió hasta los huesos y obviamente cometiste más errores en una borrachera de los que esperabas en toda tu vida. Estabas tan empeñada en hacerlo todo porque ya querías llegar a los 21. Quisiste volar para llegar la universidad, para ser independiente, para tomarte una cerveza sin miedo a que te cacharan, para salir en tu carro y poner la música que quisieras… estuviste deseándolo que no te diste cuenta de lo que estaba a tu alrededor. Y… el futuro llegó y no es como querías.

Pero hey! Esto no es malo. Primero déjame decirte que el sabor de ese beso aún sigue ahí. Algunos meñiques fueron más fuertes que otros y de vedad sellaron aventuras para siempre. Las cervezas sí son el néctar de los dioses, la universidad… pues tengo mis reservas acerca de ese camino empinado que todavía sigo recorriendo. La independencia no es tan gloriosa como crees. Y de todos modos, seguís sin serlo al 100%. Tu carro sí se convierte en tu lugar seguro y… (grito al aire) la música puede estar tan alta como querrás. Sí, Pink Floyd y John Mayer siguen encabezando tus playlists. No vas a dejar de escuchar “Somebody else” de The 1975. Te vas a dar cuenta que derramaste más lagrimas de las que esperabas y sentiste muchas más cosas de las que creíste que existían. Ah… sÍ te tatuaste pero algo mucho más decente y en un mejor lugar… Y ¿qué hiciste mientras tanto?: esperar a que llegaran esos momentos que no te diste cuenta cuándo terminaron. Así que mi propósito en esta carta es decirte que no corras, que respires aire puro, claro, que vayas lento, incluso que te sentés un momento. Que observés cada detalle que te rodea. Que te arriesgués pero que tengás en cuenta que no todo puede estar en tu control. Que aprendás que la gente tiene miedo y la bondad en sus ojos puede quedarse reprimida. Y que no se te olvide que no siempre se puede estar bien. Que la sonrisa se te puede borrar en cualquier momento pero que siempre y cuando podás articular, esa sonrisa puede regresar. Y tampoco estabas tan equivocada… sí amaste hasta con los huesos aunque doliera.  En fin.. solo quiero que entendás que de nada sirve correr. Que el maquillaje no va a proyectar tus pensamientos ni tu verdadera belleza. Que las personas no vienen al mundo para quedarse y con mayor razón pueden irse de tu lado en cualquier momento. Que todo va a pasar en algún momento y que por eso no tenés que dejar de vivir por esperar. Así que querida quinceañera yo… viví. Viví hoy. No anheles crecer en dos días. Amá. Cometé errores. Sonreí cuantas veces sea necesario y si no encontrás la bondad, brindala vos. Hacelo porque en 6 años, los 21 llegarán y todo lo que viviste solo serán recuerdos.

Pd. No te pongas ese jeans azul claro, no te veías nada bien. Y el fleco… sigo sin entender qué era lo atractivo de eso.

Con mi mayor sinceridad

Yo a los 21

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