Luis Ramírez y Luis Fernando Salazar Rosas
Según el artículo XXIV del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, se puede entender que una unión aduanera es la substitución de dos o más territorios aduaneros por uno solo.
Las uniones aduaneras son una buena alternativa. Los costos internos se ven reducidos, se aumenta la integración de mercado y se presentan, unidos, como una mayor fuerza frente al mercado mundial. No obstante, la unión aduanera requiere un arduo, complejo y costoso proceso a la hora de establecerse. Los países que la integran deben renunciar a parte de su soberanía respecto a ciertos instrumentos comerciales. Las negociaciones sobre los derechos antidumping, salvaguardias temporales, o derechos antisubvenciones, requieren un esfuerzo por equiparar intereses, y muchas veces sacrificar parte de los mismos, con tal de llegar a un consenso (Balassa, 1961).
La unión aduanera posee aranceles externos comunes y no necesitan formalmente reglas de origen. Los países, al definir y aplicar sus medidas no arancelarias como bloque, se ahorran el costo administrativo y las complicaciones que conllevan las reglas de origen. Una problemática es que armonizar es un proceso lento y agotador. Un ejemplo de ello es que a la Unión Europea pasó más de 30 años armonizando y al principio sí limitó bastante la entrada de los diferentes productos entre los miembros (Schiff & Winters, 2003).
Las uniones aduaneras, además de tener aranceles externos comunes, deben tener una política exterior comercial en común. Una evidente política exterior que se propiciara con la unión es la reducción a sus derechos de importación. Al tener tarifas arancelarias intrarregionales en cero, los países tenderán a reducir las tarifas arancelarias frente al exterior por tres razones fundamentales. En primer lugar, el nivel óptimo de los bienes estrechamente competitivos procedentes de países ajenos a la unión será relativamente bajo, por lo que reducir aranceles es necesario con el objeto reducir la desviación del comercio. En segundo lugar, los países grandes que tenían bastantes ganancias gracias a los altos aranceles que poseían, se verán motivados a reducirlas al igual que sus pares con tal de evitar las desviaciones económicas y perder ingresos. Por último, si no se reducen los derechos de importación, los países que necesitan importar bienes del exterior para producir dejarán de ser competitivos en el mercado mundial. En fin, la reducción de sus aranceles se vuelve muy necesaria. Otra cuestión importante a considerar es que las uniones aduaneras pueden subir el bienestar económico de los países miembros (Schiff & Winters, 2003).
Guatemala y Honduras son suscriptoras del Protocolo al Tratado General de Integración Centroamericana (también conocido como el Protocolo de Guatemala, firmado en 1993). En el artículo 5 de dicho tratado se establece que: “Los Estados parte se comprometen a construir una Unión Aduanera entre sus territorios.” En éste artículo también se establece que la unión se alcanzará “de manera gradual y progresiva” y con programas aprobados por consenso.
Imagen: http://www.sieca.int/Noticias/NoticiasMostrar.aspx?SegmentoId=1&NoticiaId=1425
El comercio conjunto entre Guatemala y Honduras es una cantidad destacable dentro del total de la región. En total, ambos países comercian el 50% de la carga marítima centroamericana (Ministerio de Economía, 2016). Entre ambas economías también conforman un 46% del producto interno bruto de la región, sumando un total de más de 72 mil 800 millones de dólares estadounidenses (Ministerio de Economía, 2016).
La unión aduanera entre Guatemala y Honduras representaría un gran avance en materia económica para ambos países. Serían un atractivo destino para invertir, por su posición geográfica y su vasta mano de obra. La rampante violencia de la región podría disminuir al aumentar la inversión por la generación de más oportunidades de empleo.
Para consolidar la unión se necesita, en primer lugar, de voluntad política. Las autoridades de ambos países tienen que trabajar de manera conjunta para poder poner en práctica el proyecto de unificación. También se necesita de una mejora en la infraestructura aeroportuaria, portuaria y vial para poder obtener los mayores beneficios.
Un plan de seguridad es vital para que el proyecto de unificación tenga éxito. La inclusión de las autoridades salvadoreñas es esencial para combatir al crimen organizado de forma conjunta. En un futuro, luego de consolidar la unión entre Guatemala y Honduras, se debe iniciar el proceso de inclusión de El Salvador.
Link al paper completo: https://www.academia.edu/30995408/Integracio_n_centroamericana_avances_Guatemala_y_Honduras
*Nota de los autores
A la semana de escribir el paper, la Secretaría de Integración Económica Centroamericana publicó una noticia en la se presentaron los avances y los retos para el 2017: http://www.sieca.int/Noticias/NoticiasMostrar.aspx?SegmentoId=1&NoticiaId=1425
Bibliografía
- Balassa, B. (1961). The Theory of Economic Integration: An Introduction . United States: Greenwood Publishing Group.
- Schiff, M., & Winters, A. (2003). Regional Integration and Devolopment. United States: World Bank and Oxford University Press.
- Ministerio de Economía. (2016). Unión entre Guatemala y Honduras. Recuperado el 4 de Noviembre de 2016, de Ministerio de Economía: http://www.mineco.gob.gt/paginaUA