Eugenia Cruz
Ya me sabes toda tierna y confundida.
Que desastre.
Algunos piensan que soy de seda,
Tú pensás que soy de anís.
Respiras, me ves a los ojos:
sabes que con eso es suficiente.
Me besas, ahí me quedo,
Y vuelvo
Y vuelvo,
vuelvo,
cada que me llamas.
Te vas,
Decís que estás herido,
Sé que no es herida, es desinterés.
Volves a respirar,
yo te muerdo la herida esa.
Me decís que no queres y yo sonrío.
Ya sé que estoy perdiendo,
no me importa.
Lo perdería todo una vez más por dos segundos en tu boca.