Guatemala lleva siglos estancada en prácticas sociales egoístas y desconsideradas, donde se antepone el interés personal sobre el ajeno, a pesar de que el costo social supera por mucho el beneficio personal obtenido. Un ejemplo claro es cuando las personas bloquean las intersecciones con tal de poder pasar más rápido, sin considerar que su imprudencia genera que una gran cantidad de automóviles se atranquen por horas.
Claro está, que todo ser humano busca siempre actuar con base a sus intereses, pero, lo hará siempre tomando en cuenta, hasta cierto punto, el interés ajeno, pues de esa forma logra manifestar mejor su objetivo y cumplirlo. En nuestro país, difícilmente se ha actuado así, en la mayoría de los casos se acciona de manera egoísta y nunca se considera el interés ajeno.
Desde la perspectiva de en lo que la ciencia es relativamente reciente y se conceptualizó como “epigenética”, podemos comprender mejor por qué nos cuesta tanto dejar de actuar así y lo hemos y seguiremos haciendo durante mucho tiempo.
Esta rama de la ciencia explica cómo la forma en que funcionan los códigos genéticos suele ser similares. Ya se había descubierto que muchas características son heredadas de generación en generación gracias a los códigos genéticos. Ahora, gracias a la epigenética, se descubrió cómo también se heredan ciertos comportamientos. La epigenética es como el software y la genética es como el hardware de las computadoras. Las condiciones (hardware) están allí, pero su uso y accionar dependerán de su activación por medio de comandos (software).
La epigenética nos ayuda a comprender por qué se transmiten ciertos comportamientos o actitudes conforme el tiempo. Es más, llegan a tal punto que si juntamos a 100 guatemaltecos en un territorio en cualquier parte del mundo, las prácticas sorprendentemente serán muy parecidas, sino es que idénticas, a las que se realizan en Guatemala.
Las actitudes egoístas son una cuestión social que ha existido en nuestra cultura, son como cadenas invisibles que nos apresan e impiden, entre otras cuestiones claro, desarrollarnos. El proceso necesario para cambiar nuestra forma de actuar, nuestra cultura, requerirá mucho más que políticas públicas del gobierno. Implica años de prueba y error que evidencien el beneficio de la cooperación y no del egoísmo. A Guatemala aún le falta mucho por salir adelante, y romper con estas cadenas invisibles no será nada fácil. La evolución será paulatina y por el momento es muy necesaria.