La historia ha tenido muchos momentos como el de hoy
-Mark Zuckerberg
Facebook se ha convertido en nuestro mejor amigo, así como la tele fue la mejor amiga de nuestra infancia y la radio la de nuestros papás. Dicha red social es nuestra forma de entretenimiento. Sin embargo, es más inteligente que las anteriores porque sabe qué nos entretiene.
Su inteligencia artificial le permite mediante algoritmos, analizar mis preferencias y darme lo que quiero consumir (en términos de contenidos). En mis Últimas noticias saldrán los posts que tengan más probabilidad que les de like, comment o share.
¡Sorpresa! Sabe que me gustan los memes de política y los temas de economía. Un amigo que no sabe tus gustos, no es tu amigo.
Pero, ¿cuáles son las repercusiones de esto en nuestra forma de pensar? Pongamos un ejemplo para responderlo: Supongamos, sólo supongamos[1] que soy de derechas, y Facebook lo sabe porque le doy like y comento los posts de páginas y de amigos de la derecha. Con ello, la probabilidad de que me aparezcan noticias con la perspectiva de la derecha son elevadísimas por lo que mi percepción de la realidad se sesgará y se convertirá en una fuerte narrativa de la misma. Si soy de izquierdas, sólo llegarán a mí los posts que promulguen mensajes de izquierdas reafirmando así mis creencias.
Las repercusiones de nuestra recepción de ideas con Facebook serán, por lo tanto, la polarización, el segmentarismo y el estímulo del pensamiento único, que conduce a la intolerancia. Tengo la hipótesis que esto ha influido en que en los últimos sucesos mundiales esté prevaleciendo el radicalismo y existan divisiones de criterios marcadas ante los problemas sociales. (Ver: Hipnotizados ) Además que en la red social emitimos comentarios más ofensivos de los que haríamos en un entorno social real.
Mark Zuckerberg ha reconocido los efectos de esta forma de difusión de ideas en la sociedad y cree que puede arreglarlo con un par de ajustes. En su carta de febrero, dijo que Facebook intentará reducir el sensacionalismo y tomará otras medidas para ayudar a que la gente esté mejor informada y participe más en la democracia[2]. A pesar de ello, el principal objetivo de Facebook no es informarnos, ni mucho menos desarrollar nuestra capacidad crítica, sino recopilar información de manera masiva sobre los usuarios, para venderla a empresas que la encuentren útil para ajustar sus productos a nuestras preferencias (lo cual no es malo), por lo tanto, no podemos confiar plenamente en que Facebook atenderá el problema de la polarización.
Es probable que, si el radicalismo y los conflictos iniciados en Facebook se acrecientan o si surgen muchos problemas de privacidad, emergerán propuestas Estatales para regular la libertad que a momento tiene dicha red, por ser una comunidad nueva. Sin embargo, esa libertad, es la que le ha permitido desarrollarse y diseñar soluciones creativas a nuestras necesidades; pero como todo orden nuevo, presenta consecuencias no intencionadas (radicalismo y el segmentarismo). Ante ello, la solución no serán regulaciones que limiten nuestra interacción, sino la competencia directa que induzca a Facebook a solventar sus debilidades de maneras innovadoras.
[1] Haciendo alusión a un meme viral
[2] Extracto tomado de la publicación Necesitamos alternativas a Facebook, la gran ‘caja tonta’ de internet de la revista virtual MIT Technology Review: https://www.technologyreview.es/s/7690/necesitamos-alternativas-facebook-la-gran-caja-tonta-de-internet