Diego Monterroso
Al enterarme de que la banda Maroon 5 había cancelado su concierto un día antes de su presentación en Guatemala, no me entristecí, como todas aquellas que estaban a la expectativa de ir a ver al afamado “papucho” de Adam Levine. Pero, noté que lo sucedido era un ejemplo muy cercano a lo que sucede con la escasa Inversión Extranjera Directa (IED) en el país.
Alarmados por la inestable coyuntura política actual, los integrantes de la banda decidieron cancelar su concierto y aplazarlo, para evitar arriesgar su capital (en este caso su banda). Siendo realistas, pregunto: ¿Hubieran estado en riesgo, por unas marchas pacíficas en contra de la corrupción? Lo dudo mucho, pero la percepción de inseguridad prevaleció. Su decisión es comprensible si consideramos la escasa información que tenían respecto a lo que acá sucedía y añadimos la elevada incertidumbre que las noticias les generaban.
El enorme escenario ya estaba montado, la publicidad ya se había pagado, unas cuantas fans no habían dormido de la emoción y, de un rato a otro, el concierto se canceló. Sin duda, los organizadores del evento tendrán pérdidas grandes.
Esto se asemeja mucho a la razón por la que poca Inversión Extranjera Directa viene al país. Ningún inversionista se anima a arriesgar su capital ante un contexto de fuerte inestabilidad institucional y política; y por el estancamiento económico. Y de los pocos que vienen, lo hacen generando menos regalías para el Estado, de las que se requerirían para compensar los daños/costos que le generan a nuestros recursos vitales. En el año 2015, la IED decreció un 12% y empeoró en 2016 cuando decreció en un 28% (respecto a sus años anteriores). Se redujo de $1388 millones de dólares a tan sólo $879 millones de dólares, casi la mitad. Esto sólo implica menos posibilidades de ser más productivos, con cadenas de producción que generen más valor.
Con este artículo aclaro mi apoyo a las protestas pacíficas anti-corrupción, porque sus repercusiones son menores a las que representaría la continuación de un sistema normado por prácticas corruptas; pero señalo la necesidad de trabajar en el incremento de la certeza jurídica y el respeto a la propiedad, que brinden la certidumbre necesaria para la atracción de inversión en el país.
Así como supimos aislar a aquellos que quisieron hacer de las marchas pacíficas, sucesos violentos; debemos reprobar a aquellos grupos que hacen de la crisis su negocio, pues sólo lanzan señales equivocadas de la realidad del país hacia el exterior, que a todos nos afectan.
Los conciertos no se deben aplazar, los turistas no deben dudar en visitar el país por temor a la inseguridad, la inversión debe venir y las condiciones de la productividad se deben propiciar.
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