Estados Unidos recientemente estableció aranceles adicionales por US$200 mil millones a China, quien respondió con un aumento de US$60 mil millones a productos estadounidenses[1]. En una época donde el comercio tenía la tendencia a más sinergias, transparencia y libre comercio, el gabinete de Donald Trump está moviéndose a un proteccionismo inusual.
¿Cuál es el motivo de este paso atrás? El gobierno de EE. UU. justifica su accionar por el déficit existente en su balanza comercial, las denuncias por violaciones a derechos de propiedad intelectual y el apoyo estatal a ciertas compañías[2]. Tampoco está de más recordar que Trump desde su campaña anunció en múltiples ocasiones que regresaría los empleos a sus ciudadanos que se habían perdido por el manejo de las políticas comerciales de períodos anteriores, ¿será la mejor forma de crear empleos limitar el comercio con grandes como China?
Hasta cierto punto es comprensible que EE. UU. haya decidido tomar el rumbo de confrontación, pero no fue la mejor decisión. Los consumidores estadounidenses serán los que más sufrirán los efectos negativos que se generaran con esta nueva política de comercio limitado; en el cual no solo será afectado China, sino que también México, Canadá y en un futuro no muy lejano, la Unión Europea.
El mercado estadounidense básicamente tiene dos opciones: dejar de importar productos del país que sufrió un aumento en su tarifa arancelaria o subirles precios para que los consumidores sean los que asuman el alza. Al final, sí cumple su objetivo de “castigar” a los empresarios chinos, pero existe un costo escondido mucho mayor que Trump o no quiere ver o no reconoce y es que el mercado estadounidense sufrirá más. ¿No hubiera sido más fácil sentarse con China a discutir respecto las políticas comerciales en lugar de limitar de un tajo el mercado para ciertos productos? O ¿por qué no buscó generar acuerdos comerciales con países que también sean productores de los bienes chinos a los que ahora les subió los aranceles? La competencia entre países hubiera remediado mejor la “injusta” relación.
Francamente EE. UU. no apunta a que al mediano plazo continúe siendo el único máximo líder en el orden mundial comercial. Grandes teóricos ya se pronunciaron sobre el acenso de China como otro máximo exponente comercial, y con estas acciones Trump les está facilitando el camino.
Centroamérica por el momento no tiene tanto de que preocuparse respecto a las acciones comerciales de Trump; con la excepción de algunos afectados que compraban en EE. UU. productos importados de China que ahora los encontrarán más caros. La verdadera cuestión para nuestro istmo es que China va a querer inundar, aún más de lo actual, nuestros mercados con sus productos.
Los países centroamericanos comenzarán a sentarse con China para analizar que les ofrece, que no serán más que cuestiones comerciales y nada de apoyos fuera de ese marco como sucede con Taiwán. Existen casos, como el de Guatemala, que no podrán sentarse a negociar por la cercana relación con EE. UU. y Taiwán, pero no dejará de existir la espina de querer hacerlo en algún momento.
[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-45591605
[2] https://www.prensalibre.com/economia/china-tiene-la-artilleria-lista-para-responder-maana-a-los-aranceles-de-eeuu