Un Martín Vizcarra para Guatemala

Perú es un país que sorprende. Es uno de los países que más ha avanzado en el combate a la pobreza en América Latina durante los últimos años. Los peruanos han sabido elegir mejor a sus autoridades. Pero no están libres de los males de la corrupción.

Su último presidente, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), tuvo que renunciar por haber recibido pagos de Odebrecht, la constructora brasileña envuelta escándalos de corrupción en América, África y hasta Asia. Lo que sucedió, en corto, fue que empresas relacionadas al ahora expresidente recibieron cinco millones de dólares en concepto de asesorías, mientras PPK fungía como Ministro de Economía (durante el Gobierno de Alejandro Toledo, también acusado por la justicia peruana de recibir sobornos de la misma empresa).

La renuncia de PPK, de quien se esperaba mucho por ser graduado de Oxford y Princeton, podría haber sido terrible para el sistema político del Perú. Pero los peruanos aparte de elegir bien, tienen suerte. En la línea de sucesión estaba Martín Vizcarra, quien pasó a ser presidente en marzo del año pasado, un tipo desconocido y sin mayor relevancia política.

Su propuesta de reforma y su capacidad de llevarla adelante sorprendió a propios y extraños, sobre todo a los que creyeron que iba a ser amedrentado por la oposición. No obstante, después de apenas unos meses en el poder, prácticamente orilló al Congreso a llevar a consulta popular lo siguiente:

  • Reforma constitucional sobre la conformación y funciones de la Junta Nacional de Justicia
  • Reforma constitucional que regula el financiamiento de partidos políticos (se prohibió recibir aportes anónimos)
  • Reforma constitucional que prohíbe la reelección de congresistas.
  • Reforma que plantea la bicameralidad del Congreso de la República

De esas propuestas, las primeras tres fueron aprobadas con por lo menos el 85% de los votos. La última fue rechazada, luego que el mismo Vizcarra le pidiera a la población que no votara a favor de ella, puesto que los congresistas le hicieron modificaciones con las que él no estuvo de acuerdo.

Sin entrar a analizar a fondo las reformas propuestas, queda claro que la mayoría de peruanos las apoyó. Vizcarra llegó con aires de cambio, en la búsqueda de mejorar el sistema actual y logró el empujón de la sociedad civil, que estuvo consciente de la necesidad de reformarlo.

En este año electoral, lo que le deseo a nuestro país es un Martín Vizcarra. Guatemala necesita de un reformador, alguien con la capacidad de plantear reformas bien estructuradas y con la suficiente convocatoria para llevarlas adelante, evitando que solo queden en papel. También le deseo alguien que inspire confianza y que llegue sin señalamientos de corrupción.

Lo que a mí me queda claro es que con el pulso entre Cicig y Jimmy Morales (que inició por una factura relativamente insignificante), todos perdimos. Se fueron otros cuatro años sin ver cambios que realmente influyan en nuestro desarrollo a largo plazo.

Estuve en la convocatoria a elecciones por parte del Tribunal Supremo Electoral. Quiero tener la fe para creer que es el inicio del proceso que nos llevaría a las reformas impostergables que tanto necesita nuestro sistema político.

elecciones gneerales
Convocatoria a Elecciones Generales y al Parlamento Centroaméricano 2019

 

 

 

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