El sufrimiento, una ventana a los valores personales

Tony Castellanos

“Esta situación es grave”, oí decir a mi compañero de trabajo después de remover mis auriculares que sonaban al ritmo de los New Radicals. Por si no sabes quiénes son, es probable que no tengas tan buen gusto musical (¡Es broma! No te agites, hombre). Pero están recomendadísimos para tu bienestar integral.

Al cabo de unos minutos, me cercioré de que el tema de discusión en la oficina era el brote del nuevo coronavirus. Unos colegas argumentaban de la alta posibilidad que el virus emigrase desde su punto de origen hacia otros países asiáticos. Otros, por su parte, estaban completamente seguros de que China contaba con la capacidad de contener el brote en Wuhan. No obstante, ninguno de nosotros consideró que este nuevo virus terminaría convirtiéndose en una pandemia a escala global.

Un par de semanas después, las autoridades informaban la llegada de este agente etiológico al estado de California. Y bueno, como no existían reportes de contagios en la ciudad de Los Ángeles, no tuve ninguna reacción alarmante. Sin embargo, algo que no consideré que tuviera el potencial de afectarme considerablemente, lo hizo, y de manera muy repentina.

Un jueves en particular llegué temprano a la oficina a terminar unos pendientes. Como de costumbre, preparé una taza de café y comencé a trabajar. Media hora después, preparé otra taza de café porque, ya sabes, los que trabajamos arduamente necesitamos altas dosis de cafeína. Las horas transcurrieron rápidamente, dieron las cuatro de la tarde y desafortunadamente comunicaron que todo el equipo había sido descontinuado hasta nuevo aviso debido a que este virus comenzaba a trastornar nuestras operaciones diarias.  Sin pensarlo dos veces, me dirigí al supermercado cerca de mi casa y compré un paquete de seis Guinness porque, evidentemente, no hay mejor manera de lidiar con eventos inesperados que al consumir antioxidantes que han sido fermentados. Una vez más, te hago otra recomendación para tu bienestar integral, prueba las Guinness.

Al igual que millones de personas en todo el mundo, la situación que estamos afrontando no solo me ha afectado financieramente, sino también emocional y psicológicamente. Justo cuando pensaba que todo marchaba genial, la vida me muestra una vez más que el denominador común durante nuestro tiempo en esta tierra es el sufrimiento. Al fin de al cabo, no conozco a ninguna persona que esté exenta de sufrir.

Uno de los problemas de hoy en día es la creencia que sufrir de cualquier manera – ya sea por medio de enfermedad, ansiedad, pánico, dolor, etcétera – es, en su totalidad, una experiencia negativa. Esta creencia se ve reforzada al ver que varias personas han estado viviendo su vida al máximo y sin ningún problema notorio: un comediante se convirtió en presidente de la nación; un niño de primaria genera millones de dólares en su canal de YouTube y logró formar parte de la prestigiosa lista Forbes solamente por el hecho de hablar acerca de juguetes; incluso te enteraste que tu ex consiguió alguien más a quién manipular con sus mentiras (pobre, no sabe el drama que le espera). Mientras tanto, todo parece marchar en tu contra. Ni siquiera tu perro parece tenerte empatía. Sufrir apesta a calcetines sucios.

Sin embargo, he aprendido que sufrir no es tan malo después del todo. Y es esto por lo que me he animado a escribir este artículo en tiempos atípicos. Es más, creo firmemente que la aceptación de nuestro sufrimiento es, en sí, una experiencia positiva.

Ya sea si has tenido que despedirte de tu trabajo, dejar de visitar a un ser querido por miedo de contagio, o incluso comer recalentado por quinta vez consecutiva, quiero que sepas que aceptar el simple hecho que la vas a pasar mal durante los próximos meses será, sin lugar a duda, lo mejor que te haya pasado hasta ahora.

Puede que digas: “¿Me estás diciendo que aceptar mi sufrimiento será consecuentemente positivo para mi vida? Eres irracional”. En efecto, mi querido lector (y sí, solo cuando tengo antioxidantes fermentados en mi sistema). A continuación, compartiré un pensamiento que ayuda a elucidar el porqué adoptar tu sufrimiento, cualquiera que sea, te convertirá consiguientemente en una mejor persona.

El sufrimiento replantea tus valores personales

Minuto a minuto, segundo a segundo, ya sea que te des cuenta o no, estás eligiendo cómo pasar tu tiempo, a qué cosas brindarle tu atención ininterrumpida, a qué tareas dedicarle toda tu energía. Los expertos creen que los valores son el elemento fundamental de nuestra composición psicológica y nuestra identidad personal. Somos el resultado directo de nuestras prioridades. Pero cuando sucede algo trágico que afecta lo que valoramos, esto nos devasta porque no solo experimentamos tristeza, sino porque perdemos nuestra identidad. Como resultado, las personas que no han sabido elegir buenos valores tienen las famosas “crisis existenciales” – su autoestima es dictado por valores que son mayormente incontrolables en lugar de ser controlables.

Si pasas por la misma situación que yo, experimentando el desempleo momentáneo, y la estás pasando extremadamente mal porque tu valor gira alrededor de tu estatus socioeconómico o de cuánto dinero ganas, ahora tienes la oportunidad de aceptar el presente por lo que es y elegir una mejor métrica para tu vida.  No digo que decidir cuánto dinero ganas o a qué nivel socioeconómico eliges pertenecer esté totalmente fuera de tu control, pero hay despidos imprevistos, las bolsas de valores se desploman inesperadamente, y las economías colapsan, justo como lo estamos presenciando en el presente. Así que te exhorto a que elijas mejores valores personales. Yo, por ejemplo, en vez medir mi autoestima dependiendo de la cantidad de dinero que tengo en el bolsillo o qué puesto tenga en cierta compañía, consideré medir mi autoestima de acorde a los siguientes valores: la creatividad, innovación, vulnerabilidad, honestidad, y resiliencia.

Mucho ánimo durante estos tiempos atípicos. Recuerda lo que dicen los New Radicals: “Don’t give up, you’ve got a reason to live!”

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s