Hoy he decidido escribirte públicamente. Creo que el mundo necesita noticias bonitas en estos momentos difíciles. Yo gracias a Dios tengo a mi familia sana y estoy cumpliendo un año de haber comenzado la relación con la mujer que más luz me ha dado después de mi madre. Me siento agradecido. Tengo la dicha de poder despertarme y en medio de toda esta tormenta recibir una sonrisa tuya. Ya llevamos un año de relación y el tiempo ha pasado volando. La vida sabe porque me puso en tu camino y es que además de lo buen equipo que somos, siento que soy el único capaz de intentar contar y hacerle justicia a la gran persona que sos. El mundo lo tiene que saber.

Cada momento duro se suaviza con una mirada tuya. Son insaciables las ganas que me dan de estar a tu alrededor y que digas una ocurrencia para nos riamos un rato. Sos mi mejor pareja de baile porque tenes el mismo ritmo tieso que yo tengo, pero nos la pasamos tan bien que nublamos lo que existe a nuestro alrededor. Eso ha sido todo desde que existís: un baile con la vida dejándonos guiar con el ritmo que nos toque; puede ser uno pesado y bastante agobiante, pero nuestra danza lo atraviesa con una facilidad que lo hace más manejable por muy duro que sea.

Ha sido un año maravilloso. Este es el primer aniversario de una historia sin fin. Pueden existir miles de Luis alrededor del mundo, pero nunca este Luis sin esta Gabriela. Sigamos bailando y riendo. Nuestra vida juntos siempre es hacia adelante sin importar que vaya a pasar. Sigamos disfrutando a nuestras familias. Celebremos hoy el primer año de la historia más maravillosa que podamos contar.

Yo hace un par de años sufrí al lado de mi familia por la decisión de haber dejado mi hogar por aventurarme en la búsqueda de mis sueños. Al año siguiente escribí sobre lo difícil que había sido el comienzo de haberme ido. Este año hasta olvidé la fecha de cuando correspondía el siguiente artículo y puedo decir que mi sueño sigue en pie y continúo navegando, solo que esta vez ya no lo hago solo. Mi barco por fin sumo tripulación. Ahora te tengo a ti para ver cada amanecer y atardecer que nos regale el mar que le llamamos vida.